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Todo se remonta a 1886, cuando comenzó una huelga de un grupo de obreros. Conocé la historia.

Este viernes se conmemora el Día Internacional del Trabajador, por el cual muchos empleados y empleadas aprovechan para descansar de sus tareas. ¿Sabías cuál es el origen de la fecha?

Todo se remonta al 1 de mayo de 1886, cuando comenzó una huelga de un grupo de obreros en Estados Unidos para reclamar una jornada de 8 horas, ya que tenían que cumplir jornadas de 12, 16 y hasta 18 horas, reclamo que duró tres días más.

Justamente, fue el 4 de mayo cuando ocurrió la Revuelta de Haymarket, en donde ejecutaron a un grupo de sindicalistas que fueron bautizados posteriormente como los Mártires de Chicago.

Tras este episodio, durante un congreso de la Segunda Internacional que tuvo lugar en Francia durante 1889 se estableció el 1 de mayo como la fecha para recordar a todos los trabajadores que dejaron la vida por la lucha de los derechos.

Aun así, cabe destacar que en Estados Unidos el presidente Grover Cleveland eligió no conmemora el día el 1° de mayo porque temía que reforzara el movimiento socialista; es por eso que fijaron el Labor Day para el 1 de septiembre, al igual que en Canadá, debido al desfile del 5 de ese mes en 1882, en Nueva York, organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo.

 

Origen en Argentina

La primera conmemoración del Día del Trabajador en la Argentina ocurrió el 1° de mayo de 1890 en el barrio porteño de Recoleta, más precisamente en el barrio del Prado del Español. La convocatoria había sido lanzada por iniciativa del club de trabajadores alemanes Worwaerts, que había motorizado un comité obrero para convocar al mitin a todos los asalariados. La reunión se inició a las 3 de la tarde y junto a 2.000 personas, una concurrencia numerosa para la época. Al día siguiente, los asistentes se enteraron de que habían perdido su jornal “por faltar al trabajo”.

Aquella vez se reivindicó la declaración del Congreso de París de 1889 “donde los representantes de los trabajadores de diversos países, resolvieron fijar el 1° de mayo de 1890 como fiesta universal de los obreros, con el objeto de iniciar la propaganda en pro de la emancipación social”.

En la reunión hablaron varios oradores señalando “las deplorables condiciones de trabajo en todos los gremios” y reclamando la limitación de la jornada a ocho horas.

Los diarios de la época hicieron su propia interpretación de la movilización. Por ejemplo, La Nación , publicó que “había en la reunión poquísimos argentinos, de lo que nos alegramos mucho”. Otro periódico La Patria, ironizaba porque todos “los oradores hablaron en el sentido de que era necesario que se aumentaran los salarios y se disminuyeran las horas de trabajo, lo que es algo que sobrepasa los límites de la excelencia”.

Más avispado, el cronista de El Nacional, recalcó que en los discursos se observaban “bien dibujadas las diferencias que aquí, como en todas partes, dividen a los obreros en dos grupos: anarquistas y socialistas”. La reflexión fue confirmada cuando estos últimos, al año siguiente, prepararon un acto similar; recibieron la negativa anarquista y la celebración fracasó.