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Era un duelo antagónico entre el perfecto y trabajado engranaje colectivo ideado por Sebastián Beccacece y un incipiente Boca de Gustavo Alfaro que sigue dependiendo de la jerarquía individual y de la capacidad goleadora de nombres propios que, como genios salidos de la lámpara, pueden convertir un gol en cualquier momento, sin merecerlo, sin justificarlo. Y eso ocurrió cuando Carlos Tevez , desde afuera del área, anotó el 1 a 0 cuando se jugaban 4 minutos del complemento. Inexplicable.

Defensa y Justicia , que venía de remontada en remontada con más corazón que fútbol, jugó su mejor primer tiempo del año. Ignacio Aliseda, surgido de las inferiores del club y reemplazo de urgencia por la lesión de Gastón Togni, enloquecía a Julio Buffarini. Domingo Blanco replicaba por la derecha frente a Emanuel Más, destinado a sufrir una y otra vez durante los cuarenta y cinco minutos iniciales.