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El ex Vélez enganchó y sacó un derechazo para el 1-1 y luego hizo la pared con Villa, autor del segundo.
Su llegada a Boca fue tumultuosa. Su decisión de dejar Vélez no cayó bien en el Liniers, ya que el delantero había prometido que en Argentina solo jugaría en el Fortín. Sin embargo, motivado por los desafíos deportivos, Mauro Zárate decidió seguir su carrera en el bicampeón argentino.

Este sábado, en el primer amistoso televisado de la pretemporada, Zárate mostró su calidad en su nuevo club. Guillermo Barros Schelotto le dio confianza y se inclinó por él en lugar de Carlos Tevez. El ex Vélez jugó por detrás de Wanchope Ábila, más cercano a una posición de enganche y tuvo ráfagas de buen juego.
Apareció, primero, para empatar el encuentro frente a Independiente Medellín en Boca Ratón. Paró la pelota con la zurda desde afuera del área y sacó el derechazo que se clavó junto al palo. Luego, jugó la pared con Sebastián Villa, autor del 2-1 y otro de los refuerzos de Boca.

En el arranque del segundo tiempo, Mauro se animó a hacerse cargo de un tiro libre y su remate complicó al arquero de Independiente Medellín. Si bien bajó su interacción, el delantero cumplió con una buena actuación hasta que el Mellizo decidió sacarlo para el ingreso de Tevez, a los 16 minutos del complemento.

Antes del partido, Zárate recordó su paso por la Bombonera en el Apertura 2006, cuando era jugador de Vélez, aunque con un error. "Lo que viví fue impresionante, la gente no paraba de cantar. Yo le gritaba a Somoza desde siete metros y no me escuchaba. Me acuerdo que terminamos perdiendo ese partido 3-2, primer gol de Gago en Boca. Me quedó grabado", le dijo a ESPN.

Pero no se trataba de Somoza aquel compañero al que le gritaba sin lograr que lo escuchara. Por ese entonces, el volante jugaba en Villarreal. Por lo que a quien Zárate le hablaba era Maxi Bustos, el Mencho.

Luego, en su cuenta de Twitter y poco antes del arranque del partido ante el equipo colombiano, Zárate admitió su error y se tomó con gracia la nota publicado por Olé.
Aquel día, Vélez ganaba por los goles de Pellegrino y Zárate pero Boca lo dio vuelta mediante un doblete de Rodrigo Palacio y, efectivamente, el primer gol de Fernando Gago.